Presión migratoria
Desde que comenzó la crisis, los medios de comunicación han llevado a cabo y con insistencia una campaña de presión sobre la juventud ibérica para forzarles a emigrar, prometiéndoles el fracaso más absoluto si se quedan y un futuro áureo si deciden marchar. Marcharos, que aquí no hay nada. Marcharos, que en Europa aquello es Jauja. Marcharos, y haced lo que queráis. Marcharos, y vuestra carrera despegará como nunca pudisteis alentarla en vuestros mejores sueños. Es que es irse y triunfar. Hoy, una maleta equivale al progreso: Marcharos, y que os vaya bien. Que os vaya bien, pero marcharos.
El trasladarse en busca de tierras con suficientes recursos parece a todas luces una decisión o en todo caso un instinto sabio y plenamente adecuado para poner solución a la problemática de la escasez. Lo que resulta nuevo del fenómeno migratorio de la España en crisis de estos últimos años es que, curiosamente, no parece que en el susodicho territorio escaseen los recursos. Por el contrario, al año se desechan y destruyen toneladas de alimentos en suelo español, los beneficios monetarios de las grandes empresas no dejan de aumentar, el mercado de artículos de lujo crece de forma acelerada y nunca con anterioridad había existido mayor número de viviendas preparadas para ser habitadas.
Estos y otros muchos datos de este tipo dejan claro que no es realmente una crisis de los recursos, sino de su gestión. Parece por tanto que la respuesta lógica para superar el actual (ya largo) momento de crisis pasa por una mejora en el modelo organizativo y de gestión social. Curiosamente, la solución propuesta y que se está incentivando desde el campo ideológico opera en los mismos términos que si hubiera una real escasez: forzar el vaciado poblacional.
Es curioso que los medios de comunicación hayan generado un mensaje que presiona a la juventud a abandonar el país, y no, por ejemplo, para cultivar la idea de que la comunidad en su totalidad debe trabajar para introducir las mecánicas adecuadas con tal de mejorar el modelo de gestión de los recursos. Da fe de sus razones el lenguaje utilizado en periódicos y telediarios, donde los jóvenes son vistos como un problema. Y, ciertamente, este problema se soluciona o como mínimo se alivia en el momento en que si no todasí una parte esta gran bolsa de población es reubicada en otros territorios donde el Estado no tiene ya potestad.
Extraño es el país que ve en sus jóvenes su mayor problema y no su mejor baza, pero la juventud ibérica ha sido declarada implícitamente, hoy por hoy, una multitudinaria persona non grata.
Me temo que para entender lo que esta pasando debemos entender cuales son los objetivos reales de los poderes que gobiernan la sociedad, que no son ni mucho menos los politicos si no los poderes economicos. Des de su punto de vista no hay ningun interes en gestionar bien los recursos solo en maximizar las ventas, des de ese punto de vista tirar tineladas de comida tiene sentido, porque todo lo que se consuma gratis no se consumira pagando. Esto simplemente es el resultado de un largo proceso de sustitucion de los poderes tradicionales del mundo occidental y sus valores por unos poderes economicos completamente al margen de la gente con unos valores morales cercanos al satanismo que son completamente ajenos al correcto uso de los recursos, al futuro del planeta o a la igualdad entre los seres. Su moralidad se basa en el beneficio màximo y el uso del sistema economico como sistema de conquista. De ese modo se dominan naciones enteras sin usar una sola bala, este sistema es autodestructivo por naturalesa, insostenible moral y materialmente, aberrante en sus decisiones y el siguiente paso sera la total dictadura teconologica en la que una minoria mantendra por medio del terror el control total de las masas indefensas ante las armas no ya nucleares si no biologicas. Esta es la lamentable realidad que se esta configurando ante mis ojos y espero y deseo que "esto no sea asi".
ResponderEliminarEstimado homo anonimus
ResponderEliminarEs posible que Elprincipiodisolvente pueda estar de acuerdo a grandes rasgos con partes de la lectura política que esbozas. Ten en cuenta sin embargo que, si bien a veces las consideraciones que se tratan aquí tienen clara relación con la política, lo que interesa realmente en este blog no son tanto las consecuencias de esta posible aplicación como el hecho analítico de las estructuras que sustentan esas políticas. Por tanto, no se trata de entender "lo que está pasando", sino simplemente de determinar el grado de lógica o surrealismo que alientan los hechos y fenómenos humanos -en la actualidad o no. Si se plantea el análisis en estos términos, es posible que uno empiece a darse cuenta del grado de incoherencia del mundo que nos rodea, y dejemos de tomarnos tan en serio tantas presuntas verdades tan perjudiciales para nuestras vidas en particular y el desarrollo de la sociedad en general.
Dicho esto, pienso que tu peculiar mixtura de términos religiosos y económicos resulta del todo improcedente desde un punto de vista metodológico. Creo además que tu presuposición de que existen ciertos "objetivos" inherentes al desarrollo de la economía puede no ser tan obvio como parece a simple vista. Pienso también que confundes el nivel decisional con el puramente estratégico, y que operas en los términos de un esquema reduccionista. Independientemente de esto, que seas capaz de vaticinar "el siguiente paso" parece indicar que vinculas, en la base de tus argumentos, una cierta intencionalidad racional al devenir histórico, algo claramente problemático. Por último, que el sistema actual no funciona, que está basado en una dinámica de crecimiento, conquista y conflicto continuos y que es autodestructivo e insostenible es algo tan obvio que, de hecho, los filósofos materialistas del siglo XIX ya se avergonzaban por escrito de tener que volver a repetirlo. Ésa es ya una cuestión vieja y aburrida. Una cuestión más interesante, desde el punto de vista de los objetivos que se marca Elprincipiodisolvente, es si es posible un sistema que no se base en este tipo de dinámicas.