Surrealismo desatado
En su magnífico libro L'homme revolté, Albert Camus recoge la siguiente anécdota:
Pero [el surrealismo] también se ha atrevido a decir, y ésta es la frase que debe lamentar André Breton desde 1933, que el acto surrealista más sencillo consistía en salir a la calle empuñando un revólver y disparar al azar contra la multitud.
La frecuencia con la cual sucede el hecho descrito en el párrafo anterior en nuestros días da cuenta de lo irreal que se ha vuelto nuestro tiempo, del nivel de surrealismo que ha alcanzado nuestra cotidianeidad, y de lo incomprensible, irracional y absurda que resulta la historia occidental desde el siglo XX en adelante.
Desde este punto de vista, no es que el mundo que nos rodea sea complicado: es que si, a pesar de las estructuras ideológicas cada vez más asentadas, todo se vuelve surreal, entonces nada tiene sentido.
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