Capítulo V: A río revuelto, ganancia de pescadores: dudosos banqueros en las esferas de gobierno, casos de corrupción generalizada, especulación en bolsa y, al final, ricos ministros áun más ricos, y muchos empresarios arruinados.
La crónica sigue.
Y continúan los tejemanejes: El futuro ministro Salamanca, asociado con el banquero brasileño Buschental, que ya había disfrutado la prebenda del monopolio del Estanco de la Sal, jugaba a la bolsa asociado con el general Narváez. Exagerando las noticias de los levantamientos liberales de Rengifo y Zurbano, da la falsa alarma de una revolución general, juega a la baja y consigue una fortuna a repartir con sus cómplices. Sin embargo, otra jugada alcista les hace perder otra buena cantidad de millones, pues estaba basada en la negociación del Concordato, que fracasó. Desde entonces, Narváez rompe con Salamanca y se convierte en su peor enemigo. Pero el financiero encontrará la amistad poderosa de Mr Bulwer, embajador británico, que dará mucho que hablar.
(Continuar)
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