El paradigma de Esto Es Así

O de las transformaciones del mejor de los argumentos posibles

Así como hay egregios catedráticos de universidad, densos y eruditos cerebros que al final de su carrera acumulan el amplio conocimiento que brinda una vida entera dedicada al estudio, el pensamiento y la investigación, así existen también catedráticos del aspaviento, la arenga, la feliz idea hallada con fortuna y casi por casualidad y la lucidez que brinda una vida dedicada a la libre disertación, la reflexión e indisciplinada meditación propias de los que, forzosamente ociosos en tiempos de paro, pobreza y miserias, deben dirigir su mirada al mundo con el ceño fruncido y la mirada inquisidora y construir sus pensamientos de forma francamente autodidacta. 

 De entre los que se cuentan en esta última categoría, acaso el más lúcido, brillante y famoso de todos los que me he encontrado hasta ahora sea el Maestro Tato, curioso personajillo que, si bien no se le conoce domicilio, raras veces se encuentra fuera de los bares y tabernáculos del barrio barcelonés de Gracia. Acostumbrado a observar la realidad que le rodea a través del fondo turbio de los vasos que vacía sin piedad y a buscar el alivio a la existencia sórdida que le brindan los efluvios de una constante alcoholización premeditada, el Maestro Tato no está exento, ni mucho menos, de una cierta lucidez sombría y turbadora.

El Maestro Tato es un hombre de mediana edad, pobre y aún y así generoso, sin oficio ni beneficio demasiado claros, que hacia las tres de la tarde pasea ya su sombra por las calles y las plazas, con sed demedida que no logrará apagar hasta altas horas de la madrugada. Durante este tiempo, sus pensamientos se arremolinarán sin tregua para acabar formando en la mayoría de los casos filas cerradas contra todo lo establecido. Su discurso, extrañamente bien estructurado y lleno de referencias cultas a la Antigüedad clásica, traiciona en él al hombre de letras, y su verbal facilidad y pasión por la oratoria a un redomado humanista. Por más, posee un genio gracioso, hiperbólico y algo apayasado que hace las delicias de la concurrencia, y cuando su talante amistoso deja paso hacia el final de la noche a un asombro soliviantado y en ocasiones pletórico de ira vengadora, los asistentes suelen a su vez sentirse arrastrados por la fuerza atronadora de los sonidos que articula y de las imágenes que invocan  sus construcciones oracionales, coherentes, cuerdas y poéticas en grado asombroso, si uno tiene en cuenta las horas a las que suele declamarlas.

El último hallazgo de esta mente prominente, de este cráneo privilegiado, ha consistido en la precipitación alquímica de lo que ha llamado el Paradigma de Esto es Así, brillantemente expuesto por él mismo, a grandes voces y no sin cierta gracia genial y picaresca, en una noche de contubernio a los involuntarios oyentes de su arenga efusiva y descontrolada. De madrugada, y con el frío del relente metido en su vieja osamenta, el Maestro Tato atronó los oídos sordos de las paredes, por encima del ruido del fútbol y la vajilla, lanzando con fiereza retadora sus ideas a un mundo del cual no acaba de saber si él mismo sea acaso reflejo o tan sólo reverso.

A estas alturas, ha quedado claro que el principio disolvente apunta y criminalmente dispara contra las ideas preconcebidas y estructuras ideológicas en base a las cuales la pobre gente, que ya tiene suficiente con llegar a fin de mes como para que encima le vengan con estas, intenta regir sus vidas. Por ello, el principio disolvente debería ser perseguido por la autoridad competente. Perseguido y disuelto, valga la ironía. El principio disolvente, con su misma acción corrosiva, atenta contra el dereho de tranquilidad espiritual de la ciudadanía. Por ello no podía dejar de ocuparse del paradigma de Esto Es Así. Por ello, reproducimos, libremente y mejor que bien, las ideas básicas que, desordenadas, regaló el ínclito y conocido maestro y catedrático en filosofía ebria, Maestro Tato, aquella noche a quien quisiera oírlas en su última disertación tabernaria. Es esta una manera de brindar un cierto reconocimiento y tributo a tantos pensadores que, a falta de mayores opciones, optaron por lanzarse valientemente a la cuneta y hacer de ella un modo de vida exclusivo y privado.

El paradigma de Esto Es Así formula y fundamenta una visión de las cosas cuya fuerza se basa en la identidad absoluta entre dicho argumento y la propia visión. Es decir, este paradigma equivale a formular la siguiente proposición, culta, compleja e insondable para la mayoría de mentes mortales: las cosas son como yo las veo. El paradigma de Esto Es Así emana directamente de la seguridad absoluta y confianza ciega en la propia valoración e interpretación del mundo. 

El paradigma de Esto Es Así es en este sentido una proposición en todo opuesta a la vieja máxima de la humildad condensada en "Sólo Sé Que No Sé Nada". El paradigma de Esto Es Así equivale en la mayoría de los casos al respetable y honrado argumento universalmente utilizado (y por tanto de presumible validez universal) de Porque Lo Digo Yo. Tiene por tanto naturaleza argumental de Ultima Ratio, siendo así un inapelable absoluto. El paradigma de Esto Es Así zanja cualquier discusión y opera de igual manera a un punto final.

Generalmente, el paradigma de Esto Es Así es utilizado por simpáticos señores vestidos de uniforme, muchas veces con galones y charretera. Muchas veces en la historia el paradigma de Esto Es Así ha equivalido al pragmático argumento de Porque Yo Puedo, sin el cual nunca se habría experimentado nada y al cual se le debe la mayor parte del progreso humano. 

En cuanto que Ultima Ratio, cuando el paradigma de Esto Es Así es esgrimido por el poderoso, sufre interesantes transformaciones: se convierte en efecto en una combinación del argumento de Porque Lo Digo Yo y Porque Yo Puedo. No otra cosa expresaba la enseña Ultima Ratio Regum (el último argumento de los reyes) que Luis XIV de Francia hizo fundir en sus cañones.

El paradigma de Esto Es Así parece ser también especialmente grato a predicadores de todo tipo de confesión. En su caso, el Porque Lo Digo Yo sufre una interesante transmutación conceptual y lingüística digna de estudio para convertirse en Porque Lo Dice Dios. Lo más asombroso, lo realmente digno de mención, es que en algunas ocasiones esto hasta resulta que es verdad. Es el caso del Islam o el Cristianismo, que en términos de Verdad religiosa ostentan una posición privilegiada porque gozan del prestigio y el hecho ineludible de que la palabra de Dios haya sido recogida en un libro sagrado. En este sentido, las religiones que carecen de este tipo único de Escrituras no pueden competir, en términos argumentales del Esto Es Así Porque Lo Dice Dios, con las religiones que sí pueden exhibir tales documentos.

Por otro lado, este hecho diferencial ve reducida su importancia por la frecuencia con que, en careciendo de Escritura o de un criterio claro recogida en ellas, los predicadores transustancian el Argumento de Porque Lo Dice Dios en Porque Dios Así Lo Quiere. A falta de pruebas, hechos o incluso simples palabras, voluntad que no falte.

A veces, lejos de la religión y no las menos, el paradigma de Esto Es Así, lejos de convertirse en Porque Lo Dice Dios, se convierte en Porque Lo Dice Z, siendo generalmente Z el líder político de turno, pero también cualquier Persona Con Un Título. Una Persona Con Un Título (de Dr. en Hermenéutica, por ejemplo) parece equivaler a Dios en algunos sectores. El Excelentísimo.

No acaban aquí las posibilidades que ofrece el carácter fructífero del paradigma de Esto Es Así, a juzgar por su tendencia a mutar en lo político, abandonando sus clásicas formas Porque Lo Dice Dios y Porque Dios Así Lo Quiere para convertirse en Porque Lo Decimos Nosotros y Porque Nosotros Así lo Queremos. En la mayoría de los casos, estas dos nuevas y más modernas formas  equivalen a Porque Nosotros Somos Más o también a Porque Nosotros Somos Más Fuertes, y a veces a una combinación de ambas. En todo caso, es de notar que en realidad ambas cristalizaciones no hacen sino que reformular la ya conocida de Porque Yo Puedo.

(Hágase notar que, en este contexto, el argumento de Porque Yo Puedo se complementa idealmente con una proposición accesoria, igualmente veraz, basada en Y Tú No).

En política, el paradigma de Esto Es Así se convierte en boca de un conservador en Esto Siempre Ha Sido Así y también en Esto Siempre Será Así, mientras que para un liberal significa Esto Debe Ser Así. El paradigma de Esto Es Así abandona sin embargo con frecuencia sus ámbitos naturales. 

Por ejemplo, suele esgrimirse en el ámbito científico, confundiendo la Realidad con el nivel descriptivo en el que opera la ciencia, para identificarlas totalmente y así presentar el modelo interpretativo como la Realidad misma. También ha sido fecundamente utilizado en filosofía, durante el siglo XIX y la primera mitad del XX. El paradigma de Esto Es Así ha explicado el mundo, su naturaleza y su sentido, en múltiples ocasiones, especialmente en la escuela que va de Hegel a Marx, de Heidegger a Husserl. El paradigma de Esto Es Así ha acunado amorosamente los desmanes de la hoz y el martillo y la esvástica por igual. El paradigma de Esto Es Así canta mimos a las recetas de la economía neoliberal, que aunque no funcionen, -qué le vamos a hacer- declaran que es que las cosas Son y Funcionan Así.